Etapa sencilla, de corto recorrido. La única dificultad que se presenta es la subida a Falperra con unos 250 metros de desnivel. Salvo esta subida, el resto del recorrido es muy urbano, por lo que no habrá problemas para encontrar todo tipo de servicios.
Citas de Torres Villarroel en su Peregrinación al Glorioso Apóstol Santiago de Galicia:
La planta casi desnuda, agria vía, y no calzada, bien roto, y mal descosido, sin calzones llegué a Braga: Lugar, que según escriben diversas plumas de un Ansar, fue fundado por Balones, no más que hasta la Bragada. Lugar, que le dio principio a las calzas atacadas, y a los primero Hidalgos de bragueta, su probanza.
Partimos de la Plaza de Santiago para dirigirnos hacia las proximidades del estadio de fútbol. Vamos saliendo de la ciudad recorriendo las calles de Santa Eulália y de Ntra. Sra. da Conceição. En la salida de Guimarães encontramos las primeras flechas amarillas que ya no nos van a abandonar hasta Santiago de Compostela, guiándonos de forma sencilla en nuestro camino.
Vamos a dar al asfalto de la N101 que dejamos enseguida para coger un desvío a la derecha hacia el bonito puente medieval de Roldes sobre la ribeira do Selho. A partir de aquí evitamos la carretera nacional, por su parte izquierda, transitando por zonas muy pobladas. En un punto las señales nos llevan a coger un bonito caminillo entre huertas que nos lleva a cruzar un arroyo, afluente del río Ave, y que nos lleva hasta la iglesia de Prado.
A partir de aquí nos dirigimos hacia Caldas das Taipas, cruzando el maravilloso Ponte das Taipas sobre el río Ave, casi al nivel de sus aguas. Esta apacible ciudad, lugar de paso de la vía romana entre Guimarães y Braga, guarda importantes vestigios de su pasado romano, destacando entre todos el espectacular Ara de Trajano.
Desde aquí nos dirigimos hacia Falperra, pasando por Sande-São Martinho, donde encontraremos una serie de lápidas y estelas funerarias colocadas a modo de puentecillo al lado de la fuente de los Cuatro Hermanos, que según la leyenda murieron después de una pelea entre ellos para resolver quien sería el que disfrutaría de los favores de una bella dama.
Al principio de la subida a Falperra encontramos un camino empedrado que podría ser los restos de una calzada romana. Subiendo entre eucaliptos llegamos al Santuario de Santa Maria Madalena, con una espectacular vista de Braga, a la que nos dirigimos pasando por Fraião y su iglesia de S. Tiago donde encontramos un bello panel de azulejos dedicado al Santo.
Finalmente entramos en Braga por el agradable Parque do Ponte, para después de pasar por el Campo de S. Tiago dirigirnos ya hacia la Sé, donde termina la etapa y nuestra primar parte de este Camino de la Vía de la Estrella que culminaremos en Santiago de Compostela.
El pueblo de Caldas das Taipas siempre ha sido un lugar muy concurrido y dinámico de paso, y una buena elección para una parada, ya que tiene varios lugares de interés, entre los que se encuentra un antiguo balneario. El uso terapéutico de sus fechas de aguas de la espalda al Imperio Romano. Para probarlo, podemos encontrar, junto a la iglesia del pueblo Matrix, un enorme bloque de granito – piedra o Ara de Trajano, con una extensa inscripción en latín dedicado al emperador romano Trajano Augusto, la denuncia de la demanda y la utilización durante la época imperial, estas aguas medicinales.
Aunque se trata de una de las ciudades más antiguas del país, Braga es una ciudad vibrante, llena de jóvenes que estudian en las universidades. Construida hace más de 2000 años, Bracara Augusta fue fundada, precisamente, por Augusto, y se convirtió en una de las principales vías romanas de la Península Ibérica, ya que era sede administrativa del Imperio. Más tarde, el emperador Caracala la convirtió en capital de la provincia romana de Gallaecia, actual Galicia. La Diócesis de Braga es la más antigua de Portugal y, en la Edad Media, la ciudad llegó a rivalizar con Santiago de Compostela en poder e importancia. Por aquí pasaba uno de los caminos de Santiago en el momento de máxima expresión de este culto, con la reconquista cristiana y la fundación de Portugal. La catedral también es la más antigua del país y ordenaron su construcción en el s. XII los padres del primer rey de Portugal, Don Enrique y Doña Teresa, que allí tienen sus tumbas. Hoy en día, Braga sigue siendo uno de los principales centros religiosos del país y las conmemoraciones de Semana Santa y de San Juan son el punto culminante del calendario litúrgico y turístico.
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