Etapa entre viñedos y en descenso buscando el río Duero con diversidad de caminos y calzadas, el recorrido no puede ser más entretenido, subiendo y bajando por un sinfín de aldeas que se van, prácticamente, entrelazando, con sus huertas y terrazas entre medio; memorizar sus nombres o distinguirlas resultará poco menos que imposible. En Magueijinha estamos invitados a visitar su iglesia barroca de Santiago, con el santo peregrino saludándonos desde la portada. La llegada a Lamego es realmente espectacular y no vale contarlo, hay que vivirlo.
En la localidad de Lamego encontraremos el camino de Torres, camino de peregrinación de Diego Torres Villarroel que en su autobiografía, durante su destierro en Portugal en los años 1732 a 1734, hace promesa de peregrinar a Santiago de Compostela. Lo que resulta curioso es que decida hacer esa peregrinación atravesando Portugal, en lugar de hacerlo siguiendo la Vía de la Plata.
Salimos de Bigorne, sin entrar en la localidad y la abandonamos por la parte derecha y por debajo de estas vías de comunicación hacia nuestro destino Sande y nada más cruzar giramos a la izquierda para proseguir el camino dejando a la derecha un parque eólico Ribabelide en el monte Fraga do Seixo a 1034 metros, alcanzando el camino la máxima altura por la sierra de Montemuro, a 1009 msnm. Las casas de Ribabelide se construyeron entre los peñascos graníticos, y entre ellas vamos hasta la capilla de Guadalupe (fuente). El camino nos llevará de nuevo a cruzar la A-24 – IP3, saliendo a la carretera EN-2 por la cual avanzaremos 700 metros girando la izquierda en el segundo cruce de carreteras nada más cruzar el río Balsemão, tomando la carretera EN-105, girando a la derecha a 1200 metros por un camino que nos llevará descendiendo a Magueija, entre castaños y robles, se realiza por una calzada en espinapez de vetusta apariencia. En el centro de la compacta aldea se sitúa, a la vera del camino, la capilla de Santa Bárbara.
Comienza aquí una traza laberíntica por un gran número de aldeas, todas ellas provistas de capillas, cruceiros y cruces, lavaderos, fuentes y buenos ejemplos de arquitectura popular, así como de huertos dispuestos alrededor en terrazas.
Seguimos la carretera N-2 —1,3 Km— hasta la entrada de Penude, cruzaremos la localidad y seguiremos por la misma carretera cruzando Extremadouro, nada más pasarlo tomaremos la carretera CM-1081, pasaremos la localidad de Lamelas buscando Lamego.
El camino deja la N-2, desviándose a la derecha ante el Gold Café (terraza cubierta). Dicha carretera, titulada da Carreira de Tiro, avanza ante un campamento militar con campos de entrenamiento y de tiro, debidamente cerrados con alambradas de púas.
Llegando al lugar de Casa Nova, siempre con el valle ya más ancho del Balsemão al este, subimos por una pista ancha de tierra, entre un cementerio e invernaderos, arropados por un pinar. Superada la cota bajamos entre castaños y pinos, pronto orillando también un extenso viñedo que huele al Douro, hasta la gran sorpresa del día: tal es el Santuario Nossa Senhora de Os Remédios, monumental puerta de entrada a Lamego.
Son muchos los puntos de interés patrimonial, cultural y paisajístico de este municipio, insertado en la Región Demarcada del Duero. También puedes disfrutar y recuperar fuerzas probando Bôla de Lamego y bebiendo una copa de vino del Duero o vino espumoso.
Para salir de Lamego debemos subir a la parte alta de la ciudad, a Almacave, saliendo por la rua Castelo Lamego, pasando al lado de la iglesia románica de Santa María de Almacave y del Castillo de Lamego. Se toma después la rua da Boavista, que hace honor a su nombre, proporcionando unas bellas vistas de la ciudad.
Un precioso cruzeiro nos despide de Lamego por la rua Comendador Ferraz para introducirnos ya inmediatamente en terreno rural. Entre quintas y viñas de camino queda la Quinta da Estrêla. Poco después, la primera aldea de este nuevo mundo y paisaje cultural es Souto Côvo, con fuente, el café Ferreira y moderna iglesia con zona de descanso.
Hemos ido perdiendo progresivamente altura en toda la etapa y tan solo nos quedan 2 km para llegar a Sande final de nuestra etapa de hoy.
Magueija es una humilde parroquia montañosa del municipio de Lamego. Muy cerca del corazón del Duero, esta parroquia fue un municipio. Documentada ya en 1163 y con carta foral otorgada por el rey D. Manuel en 1514, Magueija fue sede de un pequeño municipio, con una sola freguesia, al menos desde 1527 y hasta 1838, fecha en que quedó incorporada al concelho de Lamego. Freguesia eminentemente rural, afectada por un intenso proceso de despoblación (tenía 1520 habitantes en 1950 y aún conservaba el millar en 1981), Magueija quedó extinguida en el marco de la reforma administrativa de 2013, siendo agregada a las de Bigorne y Pretarouca, para formar una nueva, denominada Unión de las Freguesias de Bigorne, Magueija y Pretarouca, que ocupa todo el extremo sudoccidental del concelho y tiene su sede en Magueija.
Extendiéndose a lo largo del río Balsemão, la parroquia de Penude está a 5 km de la cabecera del condado, tantas como las del río Duero en el norte. Esta parroquia también experimentó las vicisitudes del dominio musulmán, algunos lugares y leyendas aún conservan ecos de este período de conflictos de acceso y compromisos estratégicos entre cristianos y moros.
Situada a 12 km. aproximadamente de las orillas del Duero, Lamego conoció, en el siglo XVIII, una época de gran prosperidad cuando aquí se producía un “vino fino” que dio origen al famoso vino de Oporto. Ciudad muy antigua, ya los Visigodos en el siglo VII elevaron Lamecum a sede de obispado. Después, tuvo la misma suerte que otras tantas localidades que más tarde serían portuguesas, fue invadida por los Moros, reconquistada por los cristianos, volvió a ser dominada por el Islam, hasta que en 1057, Fernando Magno de Castilla, bisabuelo de D. Afonso Henriques, primer rey de Portugal, la reconquistó definitivamente. El castillo es una herencia de los tiempos medievales, en lo alto de la ciudad, la catedral y la pequeña iglesia de Santa María de Almacave. Con la extinción de las Órdenes Religiosas en 1834, la gran influencia que había ejercido la Iglesia a lo largo de muchos siglos se vio restringida pero, en Lamego, existen numerosos templos que revelan el estilo clásico de la época de su construcción en los s. XVI y XVII. Historias contadas en los azulejos que revisten las paredes, pintura sacra y bellas decoraciones en talla de oro añadidas en la época barroca, son motivos para una visita cuando pase por aquí. Se destaca especialmente la Iglesia del Convento de Santa Cruz, con vistas a la ciudad… y el suntuoso y monumental santuario barroco dedicado a Nuestra Señora de los Remedios que, a una altura de 600 metros responde a la llamada de los creyentes fervorosos, concediendo una solución para sus males. La ciudad presta a su Señora el merecido agradecimiento dedicándole todos los años (entre los días 6 y 8 de Septiembre) la gran Romería de Nuestra Señora dos Remedios.
Ubicada en la ladera de la Serra de S. Domingos y atravesada por el río Varosa. Según la historia, el párroco de la parroquia en 1758, en un informe que hizo a pedido del marqués de Pombal, lo describe como “una tierra de buen clima y agradable en sus frutos y golosinas, con abundantes aguas de manantial, con vinos de la por lo tanto, se decantó en todo el reino por su singularidad, y la tierra también produce deliciosas frutas de todas las variedades”.
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