VÍA DE LA ESTRELLA - Etapa 3

BROZAS - ALCÁNTARA

01/03/2020

DescripciónDatosDescripciónDatos
TramoBrozas-AlcántaraDistancia19,01 Kms.
Acumulado Subiendo27 m.Altura Máxima416 m.
Acumulado Bajando212 m.Altura Mínima225 m.

Etapa sencilla por zonas esteparias y dehesa extremeña por el camino ganadero Vereda de Los Charros, pasando por la Torre de Belvis y la Iglesia de Santiago el Mayor («matamoros») en Villa del Rey, todo por caminos serpenteantes hacia el Arroyo Jartín y el Santuario de la Nuestra Sra. de los Hitos, hasta la villa monumental de Alcántara.

Descripción de la Etapa

Después de visitar la villa de Brozas, salimos de la localidad desde la Iglesia de Santa María la Mayor, por la Calle Derecha (señalización de la «Vía da Estrela»), luego a la derecha, por la calle Portadas, llegamos a la carretera EX-302, la cruzamos y dejamos a la derecha el cementerio (muy inusual) y el gigantesco silo del trigo para tomar a la izquierda el amplio camino ganadero llamado «Vereda de Los Charros».

Después de unos 3 Km. llegamos hasta una granja, situada a la izquierda, y tomamos un recto camino a la derecha entre dos postes amarillos y que baja hasta la carretera EX-207, cruzamos (con atención) la carretera y llegamos a las ruinas de la Torre de Belvis. Entramos en la propiedad de enfrente y a 100 m, giramos a la izquierda (a veces sin sendero) hacia el pequeño pueblo de Villa del Rey.
 
Una vez en este pueblo, giramos a la derecha hacia la Iglesia de Santiago el Mayor («matamoros») y en la esquina de la Casa Consistorial tomamos la Calle Pizarro hasta salir del pueblo. A continuación seguimos hacia el cementerio, giramos a la derecha y entramos enfrente por el pequeño camino que serpentea hasta el Castillejo, donde se encuentra una de las canteras graníticas que fue explotada para la construcción del Puente Romano de Alcántara.
 
Pasamos el Arroyo Jartín y seguimos el largo camino que discurre a lo largo de la valla de alambres, dejamos a nuestra izquierda el Santuario de la Nuestra Sra. de los Hitos, seguimos el camino de enfrente, pasamos tres puertas y giramos a la derecha para seguir un muro de piedras y llegamos a una carretera que tomamos a la izquierda y que nos llevará a la entrada de la villa monumental de Alcántara.

Que ver...

  • Villa del Rey (Extremadura)

    Antigua villa de realengo perteneciente a la Orden de Alcántara, es un pueblo pequeño, tranquilo, una población fundamentalmente ganadera en la que destaca la renacentista Iglesia de Santiago que conserva en su interior pinturas al fresco atribuidas a Juan de Ribera. Merece la pena pasear por sus recoletas calles, de profundo sabor rural, buscando restos de la arquitectura popular y alguna chimenea típica, también encontraremos los famosos Molinos de Cabra, además de la intrínseca belleza del paisaje dominado por los berrocales y el curso del Jartín. En cuanto a sus fiestas, recomendamos acercarse el 3 de febrero, cuando los villariegos celebran el día de su patrón, San Blas, destacando la Danza del Cordón. En sus alrededores encontramos dos elementos característicos: los colmeneros, y los bujíos, viviendas pastoriles que se extienden por toda la comarca hasta Malpartida de Cáceres. Todo el entorno de la localidad es un observatorio natural de anátidas, grullas y avutardas, que buscan su sustento en la dehesa de encinas y en los arroyos y charcas tenqueras: Charca de García de Belvís.

  • Alcántara (Extremadura)

    Alcántara fue una ciudad señorial con un extenso patrimonio. A esto hay que añadir los parajes naturales que la rodean, valiosos y accesibles. El nombre de Alcántara proviene del árabe y significa “el puente” y precisamente esta localidad cuenta con un magnífico puente romano sobre el río Tajo. Sin embargo, la localidad ya había estado habitada antes como lo demuestra el Menhir del Cabezo o el Bronce de Alcántara. En el siglo XIII Alfonso IX de León arrebata la plaza a los árabes y durante la Edad Media ésta acoge la Orden de Alcántara. Por este motivo crece en importancia durante esos momentos, al igual que en la Edad Moderna, cuando vive un periodo de esplendor, como muestra la arquitectura de esa época. Durante el XVI numerosos habitantes de la localidad ocupan un lugar destacado en la exploración del continente americano.

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Caminar es un acto de amor.