BTT de Plasencia a Santiago

De Plasencia a Santiago de Compostela

"La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, debes seguir adelante."

ANDANZAS DE UN QUESO FRESCO DE CAMINO A SANTIAGO DE COMPOSTELA

El origen del sueño

Todo gran viaje comienza con una inquietud, con un deseo que va más allá de lo racional. La idea de unir la Vía de la Plata con el Camino Francés no fue solo una meta geográfica, sino una búsqueda interior y un reto. Quisimos cruzar el país en bicicleta, conectar el sur y el norte por los caminos antiguos que durante siglos han guiado a caminantes, comerciantes, soldados, pastores y peregrinos. Más que una aventura, era un diálogo con la historia, con la tierra y con nosotros mismos.

La Vía de la Plata, una arteria romana convertida en vía de peregrinación, es menos transitada, más solitaria, más íntima. El Camino Francés, por el contrario, vibra con el pulso del mundo, con la mezcla de acentos, culturas y pasos que caminan con un mismo propósito. Nuestro viaje fue una fusión de ambos espíritus: la contemplación del silencio y la celebración del encuentro. Un viaje de transformación profunda que, como todos los grandes caminos, comenzó con un pedaleo.

De sur a norte: la gran travesía en bicicleta por la Vía de la Plata y el Camino Francés

Introducción: Un viaje entre dos mundos

Esta no fue una ruta cualquiera. No fue un paseo. Fue una aventura ciclista a través del alma de la península ibérica, uniendo la histórica Vía de la Plata con el legendario Camino Francés, en una sola pedalada, en una sola intención: vivir el Camino en toda su extensión, desde el sur caluroso y sereno hasta el verde húmedo del norte, desde el silencio de los campos extremeños hasta el bullicio alegre de los últimos kilómetros gallegos.

Decidimos recorrer el país a lomos de nuestras bicicletas, confiando en nuestras piernas, en la ruta y en el poder del esfuerzo compartido. Queríamos experimentar el Camino como se hacía en otros tiempos, cuando cada kilómetro se ganaba con sudor y constancia, pero también con asombro y libertad. La bicicleta nos dio alas, pero también nos enseñó respeto: por el terreno, por el clima, por cada pendiente y cada bajada, por cada paso ganado.

Primera parte: La Vía de la Plata — Donde el tiempo rueda lento

Salimos desde el sur con el sol como testigo y el asfalto caliente bajo las ruedas. Desde Sevilla, la ciudad romana y musulmana, cruzamos las primeras llanuras con ese vértigo del inicio: lo nuevo, lo incierto, lo emocionante. La Vía de la Plata es una ruta antigua, poderosa, con una belleza austera que no grita, pero cala.

Los primeros días fueron una mezcla de campo abierto, largas rectas, pueblos detenidos en el tiempo y un calor que templó nuestra voluntad. Pedaleamos entre encinas, sobre calzadas romanas, y sentimos el peso de la historia bajo cada neumático. En Zafra, Mérida, Cáceres, y más allá, las ciudades nos ofrecieron pausas necesarias y cultura viva.

Las etapas eran largas. Las cuestas, inesperadas. Pero el alma del sur es acogedora, y cada albergue, cada fuente, cada sombra encontrada en el camino, nos recordaba que estábamos donde teníamos que estar. Había espacio para el esfuerzo, pero también para la contemplación. No es un camino masificado: en bici, es una ruta para reencontrarse con lo esencial.

Subimos a Salamanca, con sus torres doradas y su energía universitaria, y más tarde Zamora, de piedra recia y carácter sobrio. La ruta nos forjaba. Ya no éramos solo ciclistas: éramos peregrinos sobre ruedas, conquistando kilómetros y recogiendo silencios.

Transición hacia el Camino Francés — De la soledad al encuentro

Desde Granja de Moreruela tomamos la variante hacia el Camino Francés, por carreteras secundarias que cruzaban campos y aldeas sin nombre. La transición fue también emocional. Sentíamos que algo cambiaba: no solo la geografía, también el espíritu del viaje.

Llegamos a Astorga con una mezcla de emoción y respeto. Allí, el Camino Francés nos esperaba como un río caudaloso que acababa de fundirse con nuestro humilde arroyo. Cambió el ritmo, cambió la atmósfera. Más ciclistas, más caminantes, más señales, más historias compartidas. La ruta se volvió coral.

Camino Francés — El corazón palpitante del peregrinaje

A partir de Astorga, el Camino adquirió un nuevo sabor. Las subidas se intensificaron —sobre todo hacia Foncebadón y el Alto del Cruz de Ferro, uno de los puntos más simbólicos del recorrido— pero las emociones también crecieron. En la cima, dejamos nuestras piedras, nuestros pesos, nuestros miedos. Una pausa. Una foto. Una mirada larga al horizonte. Y seguimos.

Luego vino la bajada: rápida, técnica, hermosa. Y poco después, uno de los tramos más duros pero inolvidables: la ascensión al Cebreiro. Aunque está adaptada para ciclistas, sigue siendo una de las pruebas más exigentes del Camino. Las rampas son duras, el clima cambia rápido, la niebla puede envolverlo todo. Pero llegar al alto es entrar en otro mundo. Las casas de piedra, el ambiente místico, el silencio. Allí el Camino se vuelve casi sagrado.

Galicia nos recibió con sus verdes intensos, con su humedad y sus mil curvas. Bajamos, subimos, avanzamos entre nieblas, vacas, eucaliptos y aldeas pequeñas. El terreno era más exigente en lo técnico, pero nuestras piernas ya eran máquinas. Portomarín, Palas de Rei, Arzúa… cada parada era un regalo. Ya no necesitábamos velocidad: necesitábamos saborear.

Santiago de Compostela — La meta, y el renacer

La última entrada a Santiago fue inolvidable. La mezcla de adrenalina, nostalgia y orgullo es difícil de describir. En los últimos kilómetros todo duele y todo late. Aumentan los saludos entre ciclistas, las últimas fotos, los “¡Buen Camino!” se vuelven más sentidos.

Y de pronto… ahí está. La plaza. Las torres. El abrazo.

Llegar a Santiago de Compostela en bici, después de más de 1.000 km pedaleados, es tocar lo sagrado con el sudor. No importa cuántos caminos hayas hecho antes: este se queda contigo. Bajamos de la bici con respeto. Con lágrimas. Con gratitud.

Reflexión final: El Camino, desde el sillín del alma

Unir la Vía de la Plata con el Camino Francés en bicicleta no fue simplemente una travesía física. Fue una declaración. Un homenaje al esfuerzo, a la historia, a la tierra. Fue pedalear por dentro, no solo por fuera. Las bicicletas fueron nuestras compañeras fieles, nuestras alas y a veces nuestras cargas. Pero también fueron libertad, descubrimiento, resistencia.

Nos quedamos con los paisajes abiertos del sur, los pueblos que parecían detenidos en otra época, los saludos de gente sencilla desde sus puertas. Nos llevamos la fuerza del norte, la energía del Camino Francés, el compañerismo espontáneo, las sonrisas de otros peregrinos. Y por encima de todo, nos llevamos a nosotros mismos, más enteros, más conscientes, más vivos.

Porque el Camino no se acaba en Santiago. El Camino empieza cuando vuelves… con el alma más ligera, y las ruedas aun girando en la memoria.

 

Etapa 1
23/05/2025
Plasencia – Morille
Salimos de Plasencia con el alma llena de ilusión, las bicicletas listas y el corazón abierto a lo desconocido. Dejamos atrás el paisaje familiar del norte de Extremadura para adentrarnos en la vasta dehesa salmantina, pedaleando entre encinas y bajo un cielo amplio que parecía no tener fin. ...
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Etapa 2
24/05/2025
Morille - Zamora
Con los músculos aún adoloridos pero el ánimo intacto, partimos temprano rumbo al norte. La etapa estuvo marcada por largas rectas, horizontes abiertos y el encuentro esporádico con algún peregrino solitario. Al acercarnos a Zamora, ...
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Etapa 3
25/05/2025
Zamora - La Bañeza
La llanura castellana nos acompañó durante buena parte del día, con el viento como aliado y a veces como obstáculo. Poco a poco, la Vía de la Plata fue desdibujándose para dar paso a los primeros relieves leoneses. Nos despedimos oficialmente de esa gran ruta y dimos la bienvenida al cambio de paisaje: ...
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Etapa 4
26/05/2025
Santibañez de Valdeiglesias - Villafranca del Bierzo
Salimos de la tranquilidad rural de Santibáñez de Valdeiglesias con energías renovadas, adentrándonos en una jornada llena de paisajes cambiantes y caminos que desafían el cuerpo y el espíritu. Entre subidas y bajadas, bosques y aldeas, avanzamos hacia Villafranca del Bierzo, punto clave del ...
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Etapa 5
27/05/2025
Villafranca del Bierzo - Portomarín
La niebla cubría el paisaje cuando dejamos Villafranca del Bierzo al alba. Pronto comenzamos el ascenso a O Cebreiro, uno de los pasos más icónicos del Camino. La dureza del terreno fue compensada por la atmósfera casi mística que envolvía cada curva: aldeas de cuento, vacas inmóviles...
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Etapa 6
28/05/2025
Portomarín - Santiago de Compostela
El último día amaneció cargado de emoción. El Camino se llenó de pasos, ruedas y acentos diversos. Cada pedalada tenía un sabor distinto: mezcla de nostalgia, euforia y despedida. Galicia nos ofrecía sus aldeas de piedra, sus hórreos, el olor a tierra mojada y el murmullo del bosque. En Melide hicimos...
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Bibliografía:

VV.AA. (2021). Guía del Camino de Santiago: Camino Francés. Editorial Anaya Touring.

VV.AA. (2022). Vía de la Plata y Camino Sanabrés en bicicleta. Editorial Buen Camino.

Mínguez, J. M. (2015). La Vía de la Plata: historia, arte y cultura. Editorial Almuzara.

Rodríguez-Picavea, E. (2003). Historia del Camino de Santiago. Ediciones Encuentro.

Pérez, J. (2018). Camino de Santiago en bici: guía práctica y emocional. Autoedición.

Oficina de Turismo de Castilla y León, Junta de Castilla y León. www.turismocastillayleon.com

Oficina de Turismo de Galicia. Xunta de Galicia. www.turismo.gal

Asociación de Amigos del Camino de Santiago: Documentos y mapas oficiales. www.caminosantiago.org

Iter ab Emerita Asturicam: el Camino de la Plata, escrito por José Manuel Roldán Hervás y editado en 1971 por Ediciones Universidad de Salamanca.

Repertorio de Caminos de la Hispania Romana, escrito y editado por Gonzalo Arias en 1987.

Vías Romanas, Ingeniería y Técnica Constructiva, escrito por Isaac Moreno Gallo y editado en 2004 por el Ministerio de Fomento.

La aventura de los romanos en Hispania, editado por La Esfera de los libros en el año 2005.

El dolor es temporal. Rendirse dura para siempre