Etapa 06: Portomarín - Santiago de Compostela

28/05/2025

datos técnicos
Distancia: 94,11 km
Desnivel positivo: 1.250 m
Dificultad técnica: Moderado
Desnivel negativo: 1.402 m
Altitud máxima: 724 m
TrailRank: 19
Altitud mínima: 245 m
Tipo de ruta: Solo ida
Descripción de la Étapa

La llegada al corazón

El último día amaneció cargado de emoción. El Camino se llenó de pasos, ruedas y acentos diversos. Cada pedalada tenía un sabor distinto: mezcla de nostalgia, euforia y despedida.

Galicia nos ofrecía sus aldeas de piedra, sus hórreos, el olor a tierra mojada y el murmullo del bosque. En Melide hicimos un alto para saborear el pulpo, celebrando la cercanía del final con una sonrisa y un brindis improvisado.

La entrada a Santiago fue lenta, reverente. Al cruzar la Praza do Obradoiro, nos invadió una mezcla de lágrimas, abrazos y silencio. Las bicicletas, cubiertas de polvo y gloria, parecían sonreír con nosotros. Allí, frente a la Catedral, entendimos que no éramos los mismos. El Camino nos había transformado, y esa transformación era, en sí misma, la mayor de las conquistas.

Chudy, el guardián de la furgoneta

En cada etapa del Camino hubo una presencia constante, peluda y entrañable: Chudy, el perro de Gerardo. Aunque no recorrió los senderos a pie ni sobre ruedas, su papel fue tan importante como el de cualquier bicigrino. Desde la logística, siempre atento en la furgoneta junto a su inseparable Gerardo, Chudy acompañó nuestro viaje con esa energía nerviosa y amistosa que lo caracteriza.

De mirada inquieta y cola siempre en movimiento, Chudy era el primero en saludarnos al final de cada etapa. Saltaba, giraba, nos olía uno por uno, como haciendo el recuento del pelotón, asegurándose de que estuviéramos todos de vuelta. Su alegría era contagiosa, y ver su silueta asomarse por la puerta de la furgoneta era una señal inequívoca de que habíamos llegado a buen puerto.

A veces parecía que entendía cada conversación. Con las orejas erguidas, observaba desde su rincón como si tomara nota de nuestras historias, nuestros achaques, nuestras bromas. En los momentos de descanso, se echaba a la sombra, pero con un ojo siempre abierto: nunca perdía de vista a su equipo.

Chudy no hizo el Camino como nosotros, pero lo vivió con nosotros. Desde la logística, desde el corazón de cada parada, desde ese rincón donde se cocinan los cuidados invisibles. Y cuando llegamos a Santiago, ahí estaba él también: saltando, ladrando, celebrando. Porque este Camino también fue suyo.

Recorrido

Última etapa: de Portomarín a Santiago, respetando a los peregrinos

Después del etapón de ayer, que nos dejó sin fuerzas y con el cuerpo pidiendo tregua, partimos desde Portomarín hacia Santiago de Compostela con la emoción a flor de piel: estábamos a punto de llegar al destino soñado.

Conscientes de la gran cantidad de peregrinos a pie que recorrían el Camino en esa última jornada, decidimos tomar la primera parte de la etapa por carreteras locales, evitando aglomeraciones y respetando el paso de quienes iban a pie. Aun así, para efectos de este relato, contaremos el recorrido como si lo hubiéramos realizado íntegramente por el propio Camino, tal como lo marca la ruta tradicional.

Este pequeño desvío inicial nos permitió pedalear con tranquilidad, disfrutando igualmente de los paisajes gallegos, verdes y envolventes, mientras preparábamos el corazón para lo que estaba por venir. Ya en el último tercio, nos reincorporamos al propio Camino, compartiendo sendas, emociones y silencios con los peregrinos que avanzaban hacia la misma meta.

Aunque el cansancio se notaba en cada músculo, cada pedalada nos acercaba más a la plaza del Obradoiro, y con ella, a todo lo que representaba: el esfuerzo acumulado, la amistad tejida en cada etapa, las historias compartidas.

Finalmente, cuando la plaza se abrió ante nosotros, supimos que lo habíamos logrado. Allí nos esperaban la recompensa, los abrazos, la foto obligada… y la celebración final de este viaje inolvidable.

Portomarín (Todos los Servicios)

Vamos hasta la cercana iglesia de San Nicolás y seguimos de frente para salir por la avenida de Chantada, que desemboca en la misma carretera. Antes se cruzaba la pasarela metálica que salva el Rego das Torres, pero se encuentra cerrada. Ahora se supera por el puente de la carretera, bien señalizado. Superado éste dejamos el asfalto por la derecha, junto a unas casas, y continuamos por la falda del monte San Antonio. Ascendemos aproximadamente un kilómetro y comenzamos a llanear entre pinos y prados. El camino baja hasta el arcén de la LU-633 y pasado el cruce a San Mamede y Velade tomamos un andadero pegado a la carretera. Unos cientos de metros más adelante, a la altura de una fábrica de ladrillos, cruzamos la carretera y continuamos por un andadero similar que avanza por la derecha.

A la altura de unas naves de fertilizantes y abonos cruzamos de nuevo la LU-633 y progresamos por la izquierda. Cuatrocientos cincuenta metros después llegamos a Toxibo (Mojón 85,5). Una casa y, más adelante un elegante hórreo en piedra y madera, decorado con un rosetón y rematado con pináculo y cruz, es toda la visita.

Aunque aún caminamos muy cercanos a la carretera, varias manchas de pinos nos aíslan de ella durante un pequeño tramo. De nuevo junto a la asfalto pasamos un merendero y tiramos hasta la cercana parroquia de Gonzar. La iglesia de Santa María y el núcleo poblacional quedan a la izquierda.

Gonzar (Albergues. Bar)

Pasamos junto al bar y el albergue público y en breve giramos a la izquierda para tomar una pista que sube a Castromaior, también parroquia del Concello de Portomarín con iglesia románica de finales del XII y un cercano castro prerromano de grandes dimensiones.

Castromaior (Bar. Pensión)

Desde Castromaior afrontamos una exigente subida de setecientos metros, donde se encuentra indicado a mano izquierda el desvío opcional al castro prerromano, desde el que se puede retornar al Camino sin volver atrás. Ascendemos hasta otro andadero paralelo a la LU-633. Aún cruzamos otro par de veces la carretera hasta llegar a Hospital da Cruz, aldea de la parroquia de San Mamede de O Río, también de Portomarín.

Hospital da Cruz (Albergue. Bar)

Cruzamos con precaución la N-540 y tomamos la C-535 en dirección Ventas. Se trata de una modesta carretera provista de un arcén compacto por el que transitaremos durante los próximos diez kilómetros hasta el enlace de la N-547 en A Brea. La siguiente población que visitamos es Ventas de Narón.

Ventas de Narón (Albergues. Bar)

A la salida hay una pequeña capilla rehabilitada en el 2004. A medio kilómetro, en suave ascenso por el arcén, llegamos hasta el mojón 76,5, que anuncia la Sierra de Ligonde. La sierra de Ligonde divide las cuencas de los ríos Miño y Ulla. Ahora disfrutamos de un buen tramo en descenso. Kilómetro y medio más adelante dejamos a un lado la aldea de Previsa, la primera del Concello de Monterroso.

Medio kilómetro más abajo, a mano derecha, se encuentra Os Lameiros, con el pazo y la capilla de San Marcos. A doscientos metros, junto al Camino, se alza el célebre crucero de Lameiros. Es de doble cara y fue colocado en 1670. En un lado está representada la imagen de Cristo y en la otra la Virgen de los Dolores. En la base podemos distinguir unas tenazas, una corona de espinas y una calavera, referentes al calvario de Jesús.

De inmediato llegamos a Ligonde, pasando junto a la cruz que señala el lugar de un antiguo cementerio de peregrinos. Hasta este punto vienen a recoger a los peregrinos los propietarios del albergue Nirvana Lodge, inaugurado en verano de 2013 y situado a unos kilómetros del Camino en el lugar de Novelúa (ver observaciones). También junto a la Casa de Carneiro, que tuvo como huéspedes ilustres a Carlos V, en marzo de 1520 cuando viajaba para ser coronado emperador, y a Felipe II, en mayo de 1554 de camino a La Coruña para casarse con María Tudor.

Ligonde (Albergues. Bar)

A la salida de Ligonde, a la vera del albergue municipal, cogemos una senda que baja pegada a un muro hasta el puente sobre el río de Airexe. Remontamos hasta Airexe. A mano izquierda, algo apartada, se encuentra la iglesia de Santiago, de factura neoclásica y con la portada románica de su predecesora.

Airexe (Albergue. Bar)

Avanzamos por el arcén y seguimos de frente tras cruzar la carretera LU-3301. Después alcanzamos la aldea de Portos, ya del Concello de Palas de Rei.

Portos (Albergue-Bar)

En breve se encuentra el desvío a Vilar de Donas. Después llegamos a la parroquia de Santiago de Lestedo.

Lestedo (Albergue-Bar. Casa Rural)

Subimos hasta la aldea de Os Valos para bajar a A Mamurria. Posteriormente viene A Brea, donde dejamos la pista asfaltada —carretera para transitar en paralelo a la N-547—. Junto a ésta se sitúan primero Avenostre y después O Rosario, lugar donde los peregrinos rezaban un rosario ante la vista del Monte Sacro. En sus laderas, los discípulos del Apóstol Santiago domaron a los toros bravos que trasladaron el cuerpo del santo.

Medio kilómetro más adelante llegamos al área recreativa Os Chacotes, donde está el albergue público del mismo nombre. Unos metros más y llegamos a Palas de Rei. Entramos por la rúa do Cruceiro, visitamos la iglesia de San Tirso y bajamos la escalinata hasta el mismo centro del Concello, donde se encuentran los demás albergues.

Palas de Rei (Todos los Servicios)

Cruzamos la carretera junto a la Casa del Concello de Palas de Rei y bajamos por la travesía del Peregrino para atravesar de nuevo la carretera y continuar descendiendo por la empedrada rúa do Apostolo. Por tercera vez salvamos la carretera y seguimos de frente por la rúa Río Roxán, donde hay una escultura de unos peregrinos bailando firmada por J. Novo. Salimos a la avenida de Compostela, coincidente con la N-547, y tras quinientos metros (pasado el punto kilométrico 35 de la nacional) torcemos a la derecha para cruzar el río Roxán. El mojón 64 nos anuncia la llegada a la parroquia de San Sebastián de Carballal. Bajo una fronda subimos hasta un par de aldeas de esta parroquia y bajamos para cruzar la N-547.

El mojón 63,5 nos introduce en una senda rodeada de eucaliptos y robles, muy propensa a embarrarse, que llega hasta el lugar de Lacua (Mojón 63). Una buena hilera de losas de piedra impide enfangarse en la balsa de agua. Proseguimos hasta San Xulián do Camiño, anunciado por el mojón 62,5. A la vera del Camino se encuentra la iglesia románica de finales del XII, que exhibe en primer término el ábside.

San Xulián do Camiño (Albergue-Bar)

Por pista asfaltada pasamos el lugar de Pallota (Mojón 62) y descendemos sin cuartel por una preciosa corredoira hasta el río Pambre para llegar a Ponte Campaña, perteneciente a la parroquia de Mato.

Pontecampaña (Albergue)

A continuación sobreviene un tramo espectacular. Cual bosque de Fangorn, abrazados por roca y ramas retorcidas, progresamos hasta Casanova, también de la parroquia de Mato.

Casanova (Albergues. Bar)

Dejamos a un lado el albergue público y más adelante el desvío hacia el albergue A Bolboreta. Continuamos por la pista asfaltada y la dejamos por la izquierda para tomar un camino. Bajamos hasta cruzar el rego do Vilar, en Porto de Bois. Acto seguido, en cuesta, avanzamos hasta Campanilla, pequeña aldea de la parroquia de Mato y última población lucense en el Camino.

Por una carretera secundaria decimos adiós a los 96,7 kilómetros recorridos en la provincia de Lugo para presentarnos en O Coto, primera aldea coruñesa perteneciente a la parroquia de Leboreiro, ya en el Concello de Melide.

O Coto (Bar. Tienda)

A la salida de O Coto dejamos el asfalto por la izquierda para bajar a Leboreiro, definido en la antigüedad como Campus Leporarius o campo de las liebres. Aquí veremos un Cabazo: un canasto gigantesco que, como los hórreos, se utilizaba para conservar el maíz. Detrás se encuentra la interesante iglesia de Santa María, románica de transición.

Leboreiro

Abandonamos Leboreiro y cruzamos el río Seco por un puente medieval. El mojón 56 da paso a Disicabo y a continuación sobreviene un tedioso tramo junto a la N-547 y el Parque empresarial de Melide, también llamado de la Magdalena. Un kilómetro después cambia el panorama y bajamos hasta la orilla del río Furelos por un entorno más digno. Cruzamos este afluente del Ulla por el puente medieval y accedemos a la parroquia de San Xoán de Furelos. Es la antesala de Melide, la capital del Concello.

San Xoán de Furelos (Bar)

Llegamos a la avenida de Lugo, pasamos junto a la capilla de San Roque y su crucero del siglo XIV. Hacia el albergue público y para atajar podemos continuar por la rúa San Pedro pero el itinerario también está señalizado por la rúa do Convento hasta la plaza do Convento.

Melide (Todos los Servicios)

Aquí se dan cita el antiguo hospital de peregrinos, que alberga hoy el Museo da Terra de Melide; el Convento del Sancti Spiritus y su iglesia; el edificio del Ayuntamiento del siglo XVIII y la capilla de San Antonio, junto a la que dejamos la plaza para tomar la rúa San Antonio. Tras bordear el albergue público abandonamos Melide por la rúa Principal. Con vistas al valle bajamos hasta la N-547, que cruzamos para coger de frente la CP-4603 en dirección San Martiño. A la altura de un restaurante-parrillada giramos a la derecha para visitar la iglesia de Santa María de Melide, parroquia del mismo nombre.

El templo es románico de finales del XII, tiene una sola nave y ábside semicircular y alberga la única reja románica de Galicia. Tras pasar las casas de Carballal nos vemos rodeados entre eucaliptos, especies de hoja caduca y prados hasta el paso empedrado del río Catasol, afluente del Furelos. Paisaje de postal que nos brinda el Camino. Por un bello entorno nos dirigimos a Raido, al pie de la N-547. Abandonamos su compañía rápidamente para continuar hasta Parabispo, ya del Concello de Arzúa. Bajo un bosque de eucaliptos salvamos el arroyo de Valverde, pasamos Peroxa —donde se encuentra el mojón 45,5— y entramos en la parroquia de Boente, partida en dos por la N-547.

Boente (Albergues-Bar)

Tras la iglesia de Santiago giramos a mano derecha y bajamos por una pista hasta el río Boente y el lugar de Punta Brea, salvando antes por un túnel la N-547. Tras rodear unos prados afrontamos una dura cuesta que sube al pie de la N-547, y junto a ella alcanzamos varios lugares de las parroquias de Figueiroa y Castañeda. En este lugar se encontraban los hornos de cal donde los peregrinos depositaban la piedra que traían desde Triacastela.

Castañeda (Albergue-Bar)

Bajamos por pista asfaltada hasta el arroyo Ribeiral, localizado entre Pedrido y Río. Ahora toca remontar y continuamos de frente, dejando a la izquierda el desvío a Doroña. Después, casi siempre por pistas vecinales, bajamos durante dos kilómetros hasta el río Iso, que da acceso a Ribadiso da Baixo, aldea de la parroquia de Rendal.

Ribadiso da Baixo (Albergues-Bar)

Al otro lado del puente medieval se encuentra el hospital de peregrinos de San Antón, actualmente restaurado como albergue público. Dando un rodeo, a nuestro parecer absurdo, subimos hasta la N-547 para llegar, por la interminable avenida de Lugo, hasta las primeras casas de Arzúa. En la misma entrada hay varios albergues privados situados uno tras otro. Tras otro trecho dejamos la avenida para coger la rúa Cima do Lugar, donde se encuentra el público.

Arzúa (Todos los Servicios)

Desde la rúa Cima do Lugar, donde está situado el albergue público, partimos de frente hacia la empedrada rúa do Carmen. Sus soportales y fachadas revestidas de madera despiden nuestro paso por Arzúa. Por un entorno más rural bajamos hasta la fuente os Franceses, cruzamos el río Vello y llegamos de seguido a As Barrosas y su capilla de San Lázaro (Mojón 36). Bajamos hasta el río Brandeso, afluente a su vez del Iso, y subimos hasta Preguntoño, aldea de la parroquia de Burres con su ermita de San Paio del siglo XVIII.

Preguntoño

A la salida evitamos la N-547 por un túnel y afrontamos un repecho, entre prados, cultivos de maíz y con vistas hacia Arzúa, hasta el lugar de A Peroxa, también de la parroquia de Burres. Los eucaliptos pueblan, cada vez más, el paisaje gallego y los prados, necesarios para la supervivencia del ganado y del mundo rural. Se suceden uno tras otro con sus coladas familiares secándose al sol. Viajamos por pistas revestidas de hojarasca y bajamos hasta el riachuelo Ladrón para alcanzar posteriormente Taberna Vella.

Taberna Vella (Albergue-Bar-Tienda)

Seiscientos metros después entramos en Calzada, de la parroquia de Burres y último núcleo habitado del Concello de Arzúa.

Calzada (Bar)

Dejamos la población cruzando una carretera de enlace y continuamos para entrar en el Concello de O Pino, el último antes de Santiago. Antes de entrar en A Calle, aldea de San Breixo de Ferreiros, se encuentra a doscientos metros del Camino el albergue A Ponte de Ferreiros.

Calle (Bares. Albergue)

Abandonamos el núcleo tras cruzar el arroyo Langüello y seguimos por una red de pistas y caminos hasta Boavista y Salceda, al pie de la N-547.

Salceda (Albergues. Bar. Farmacia a 600 metros)

Nos desmarcamos unos metros de la nacional por la derecha, pasando junto al recuerdo al peregrino Guillermo Watt, fallecido en el Camino. Regresamos más arriba al pie de la carretera y la cruzamos junto a un concesionario de maquinaria agrícola para llegar hasta Oxén, lugar de la parroquia de San Miguel de Cerceda. El camino, a la izquierda de la Nacional, conduce ahora a la inmediata Ras, de la misma parroquia, donde salvamos la N-547 por debajo. En este punto también pueden enlazar los peregrinos procedentes del Camino del Norte que hayan tomado la variante de O Pino. Al otro lado se encuentra ya A Brea.

A Brea (Albergue)

En unos cientos de metros sale al paso A Rabiña y en paralelo a la Nacional superamos con facilidad la subida a O Empalme, de la parroquia de San Lourenzo de Pastor. En medio del trayecto hay un merendero con fuente y un molino de viento que recuerda al de las granjas americanas. En el alto cruzamos la carretera, ¡mucha precaución!, para entrar en la población.

O Empalme (Bares)

Después tomamos una pista que desciende bajo los eucaliptos. Más abajo, por un túnel bajo la N-547, tenemos la opción de visitar la ermita de Santa Irene y su fuente barroca o ir al albergue privado. Junto a este albergue se encuentra el desvío hacia el albergue rural Astrar. Si continuamos de frente llegamos al albergue de la Xunta.

Santa Irene (Albergues)

Gracias a una densa fronda de eucaliptos nos aislamos del ruido de la carretera, pasamos junto al Mojón 20, y evitamos de nuevo la carretera por un túnel. Un par de casas y un aserradero y más eucaliptos conducen hasta A Rúa de la parroquia de Arca.

A Rúa (Bares. Pensiones. Casas Rurales)

Por pista asfaltada llegamos al borde de la N-547 y subimos junto a ella hasta O Pedrouzo.

O Pedrouzo (Todos los Servicios)

Pedrouzo: comida más que merecida con Gerardo

Tras muchas horas de pedaleo y kilómetros acumulados, la parada en Pedrouzo fue un oasis de descanso y energía. Allí nos esperaba Gerardo, siempre atento y organizado, listo para que recargáramos fuerzas.

La comida, sencilla pero deliciosa, supo a gloria después del esfuerzo. Entre risas y anécdotas, compartimos un merecido momento de pausa que nos preparó para afrontar lo que quedaba hasta Santiago.

Con Gerardo al mando, cada parada se convierte en un regalo.

Veinte kilómetros tan sólo frente a los quinientos y pico ya recorridos desde nuestro primer día al otro lado de la sierra de Béjar. Lejos, muy lejos, aunque sólo han pasado cinco dias, quedan ya la vasta meseta castellana. Incluso los montes de León y el mítico O Cebreiro, que franqueamos hace una jornada. Santiago, la plaza del Obradoiro y la catedral, ante la que nos emocionaremos, seguro, se encuentran aquí al lado.

Tomando como referencia el albergue público recorremos el pueblo a la vera de la nacional y giramos a la derecha por la rúa do Concello, donde se encuentra el Ayuntamiento. Avanzamos de frente durante medio kilómetro y al llegar junto al colegio y las pistas deportivas giramos noventa grados a la izquierda. Por una pista de tierra cubierta de hojarasca nos internamos entre un bosque de eucaliptos, que abandonamos para entrar en San Antón, aldea de la parroquia de Arca. El lugar toma el nombre de una capilla asolada por un incendio.

Otro bosque nos aguarda a la salida de San Antón. Carballos autóctonos y eucaliptos reforestados, a granel, nos acompañan ahora hasta el núcleo de Amenal, de la parroquia de San Miguel de Pereira. Accedemos por pista asfaltada y pasando el río Brandelos cruzamos la N-547 por un paso bajo, al que le sigue un fuerte repecho que sube a Cimadevila, último núcleo del Concello de O Pino.

Cimadevilla

La subida continúa durante más de kilómetro y medio pero se torna mucho más asequible. Alcanzada la cota nos dirigimos al pie de la A-54 y la N-634. Ya no nos extrañamos al ver la valla de separación repleta de pequeñas cruces. Forma parte de la idiosincrasia de la peregrinación. Un monolito esculpido con el bordón, la calabaza y la vieira anuncia la entrada en el municipio de Santiago. Rodeamos el perímetro del aeropuerto, dejando a mano izquierda varias hileras de balizas, y después de cruzar una carretera secundaria entramos en San Paio, aldea de la parroquia de Sabugueira.

San Paio (Bar)

Rodeamos Casa Quian, afrontamos un breve repecho por pista asfaltada y tomamos la pista de la derecha, que desciende. Tras salvar la variante por debajo seguimos descendiendo por varios núcleos de la parroquia de Sabugueira: A Esquipa y Lavacolla.

Lavacolla (Albergue. Bar. Tienda. Farmacia)

Tras una curva cerrada pasamos junto a la parroquial de San Pelayo, que luce inscrito el año de su construcción: 1840. Seguidamente cruzamos la N-634a (albergue Labacolla) y cogemos el desvío a Villamaior. En apenas cien metros cruzamos el río Sionlla, cubierto de ovas y conocido como arroyo de Lavacolla, lugar donde los peregrinos se despojaban de sus sucias vestimentas y se lavaban en vistas de su próxima llegada a Santiago.

Por pista asfaltada iniciamos una cómoda subida que finalizará en el esperado Monte do Gozo. Atravesamos primero Villamaior, pasamos junto al centro de la TVG y giramos 90 grados a la izquierda para hacer lo propio junto al centro territorial de RTVE. Giramos noventa grados a la derecha y continuamos hasta la urbanización San Marcos, antesala del Monte do Gozo.

San Marcos (Bar. Tienda)

En lugar de seguir de frente nos desviamos a la izquierda para subir al monumento erigido en el año jacobeo de 1993, el mismo año que se inauguró el cercano albergue de peregrinos, el más grande de todo el Camino que es capaz de albergar hasta 300 personas un año normal y hasta 800 un Xacobeo. Desde este punto obtenemos la primera panorámica de Santiago y su catedral.

Monte do Gozo (Albergue. Bar. Tienda. Cajero)

Retomamos el Camino, dejando a un lado el acceso a la cafetería y los comedores, y bajamos hasta un tramo de escaleras. Acto seguido salvamos por un puente la autovía y las vías y progresamos de frente por la prolongada rúa San Lázaro, donde se encuentran el Palacio de Congresos y Exposiciones de Galicia y el albergue de peregrinos San Lázaro, que permite dormir más de una noche. Enlazamos con la rúa do Valiño y continuamos de frente por la rúa das Fontiñas y rúa dos Concheiros, donde cruzamos la avenida de Lugo. Después la rúa de San Pedro, que finaliza en el cruce con semáforos de la rúa de Aller Ulloa.

Por el lugar donde se encontraba la Porta do Camiño entramos en el casco histórico por la rúa das Casas Reais, que sube hasta la praza de Cervantes. La rúa da Acibechería nos traslada a la praza da Inmaculada, donde se localiza el monasterio de San Martín Pinario. Finalmente entramos bajo el Arco del Palacio por un pasadizo, donde se reúnen a tocar los músicos callejeros, para acceder a la Plaza del Obradoiro, donde la aventura termina. Mientras nos quitamos la mochila vamos descubriendo cada detalle de la fachada occidental y nos encaminamos al centro mismo de la plaza. Es difícil no emocionarse. Llegar a Santiago de Compostela como peregrino es una experiencia inigualable y creo que por muchos viajes que hayamos realizado alrededor del mundo pocos son comparables a este.

Santiago de Compostela (Todos los Servicios)

Epílogo: Lo que el Camino nos dejó

El Camino no solo nos llevó a Santiago, nos llevó a nosotros mismos. Nos enseñó a escuchar el ritmo del cuerpo, a valorar el silencio, a celebrar lo simple: una comida compartida, una ducha caliente, una carcajada inesperada al final del día. Nos enseñó que no hay meta sin esfuerzo, pero que el esfuerzo compartido siempre pesa menos.

Cada kilómetro fue un espejo: nos mostró nuestras fuerzas, nuestras debilidades, nuestras manías… y también lo mejor del otro. Aprendimos que el verdadero lujo es tener tiempo y compañía para vivir intensamente cada tramo del viaje.

Hoy terminamos esta ruta, pero no el impulso que nos puso en marcha. Porque el Camino no termina en Santiago: continúa en cada uno de nosotros, en lo que nos llevamos dentro, en lo que aún está por venir. Cerramos este capítulo con el corazón lleno y las piernas cansadas, pero con la mirada puesta en el horizonte.

¿Dónde será la próxima aventura? No lo sabemos aún. Pero sí sabemos algo: mientras haya caminos por recorrer, ganas de pedalear y amigos con los que compartirlo, siempre habrá una nueva historia por escribir.

Qué ver, qué hacer

Gonzar

Santa María de Gonzar es una de las 20 parroquias del Concello de Portomarín. Gonzar era una encomienda de los caballeros de San Juan de Portomarín y la parroquia de Santa María es su monumento más importante. Más arriba, en Castromaior, nos encontramos en una zona de castros celtas que nos pueden dar una imagen de cómo era Galicia antes de ser conquistada por los romanos. En esta parroquia se encuentra la pequeña iglesia de Santa María, de estilo románico sencillo y tosco pero muy bien conservado. En su interior destacan una talla románica de la Virgen y un retablo del siglo XVI. En Gonzar hay un par de bares, uno al pie de la carretera y otro en el interior que también es albergue. Castromaior también tiene bar.

Ventas de Narón

Ventas de Narón fue un alto en el camino antes de cruzar la sierra de Ligonde y lugar de transacciones comerciales. A la salida del pueblo está la Capilla de la Magdalena, que puede ser un indicio de la existencia de un antiguo hospital al servicio de los peregrinos. Se cree que en este lugar los cristianos, tras descubrir el sepulcro del Apóstol en Santiago, batieron al emir de Córdoba en su intento de conquistar Galicia. Aquí localizó Benito Viceto el inicio de su novela histórica Los Hidalgos de Monforte, cuando un grupo de caballeros se reúnen para preparar el ataque contra el conde de Lemos.

Ligonde

Ligonde es una de las 29 parroquias del Concello de Monterroso y engloba a 12 aldeas o entidades. Antaño también fue una importante estación jacobea donde aún se conserva un cementerio de peregrinos, anexo a un desaparecido hospital de la Orden de Santiago. Llama la atención la decoración de sus fachadas. Fue donado en el 956 por el conde Osorio a su esposa doña Teoduli Pepiz para redimir sus pecados. Su iglesia de Santiago, neoclásica, conserva la portada románica de su antecesora. Justo antes de entrar en Ligonde se encuentra el cruceiro de Lameiros (1670), donde los cuatro lados de la base representan al calvario o a la muerte de Jesús (martillo, clavos, espinas y calaveras), mientras que en la cruz asombra el relieve de la maternidad o la vida. Tiene un albergue municipal y los bares y el albergue público se encuentran en el inmediato núcleo de Airexe.

Monasterio de Vilar de Donas

Entre Portos y Lestedo (entre los kilómetros 19,4 y 20 de la etapa) se encuentra el desvío a Vilar de Donas, parroquia del Concello de Palas de Rei donde se encuentra la más valiosa de las más de veinte pequeñas iglesias románicas del municipio de Palas de Rei: la iglesia del Salvador con una portada de gran belleza y unas arquivoltas de gran riqueza iconográfica. El desvío tiene cerca de 2,5 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. Si peregrinamos en bici no hay problema ya que a la vuelta se puede tomar la N-547 y enlazar con el Camino en A Brea.

Palas de Rei

La historia de Palas de Rei se remonta a épocas remotas, y más teniendo en cuenta la cantidad de castros celtas existentes en su término municipal y su emplazamiento en la vía romana Lugo-Astorga. Era un lugar importante en la Edad Media donde solían juntarse los peregrinos para afrontar los últimos tramos de la ruta jacobea. La iglesia de San Tirso, más en concreto, su portada románica, es el único vestigio que queda de su pasado histórico. Sin embargo la riqueza artística de su Concello es considerable: una veintena de iglesias románicas como la de Vilar de Donas, el castillo de Pambre y el literario y televisivo Pazo de Ulloa. Palas de Rei cuenta con múltiples posibilidades de aprovisionamiento y de disfrute para el peregrino.

Porto de Bois

Puerto de Bueyes es un lugar de la parroquia lucense de Mato donde tuvo lugar una cruenta batalla entre Enrique de Trastamara y el conde de Lemos, Fernán Ruiz de Castro, fiel al monarca legítimo don Pedro I el Cruel. La suerte se inclinó de parte de los Trastamara que infligieron una severa derrota al conde.

Leboreiro

Leboreiro es la primera parroquia de A Coruña, la última provincia del Camino. La posible abundancia de liebres explica que el Codex Calistinus lo denominara en la Edad Media Campus Leporarius. Un crucero preside la calle principal enlosada, a la que escoltan macizas casas de piedra. La iglesia de Santa María es de estilo románico de transición, de una sola nave y ábside circular. En el tímpano de la portada hay esculpida una hermosa imagen de la Virgen, enfrente está la fachada de la Casa de la Enfermería, antiguo hospicio de peregrinos fundado por la familia Ulloa en el siglo XII. Delante se puede observar un típico cabazo, es decir un granero en forma de gigantesco canasto utilizado para conservar el maíz, como si se tratara de un primitivo hórreo. El puente sobre el río Seco es del siglo XIV y se le dotó de pretil en la restauración del año 1984.

Melide

Capital del Concello del mismo nombre, formado por 26 parroquias y situado en el centro geográfico de Galicia, en la vertiente occidental de la sierra de Careón. De origen prerromano, parece ser que fue repoblado por orden del Arzobispo Gelmírez. En Melide enlazan los peregrinos que vienen por el Camino Primitivo. De la iglesia románica de San Pedro, trasladada hoy al Campo de San Roque y conocida como capilla de San Roque, no se conserva más que la portada. Aquí también se encuentra el cruceiro del siglo XIV que está considerado como el más antiguo de Galicia. Por el lugar donde los peregrinos de la ruta primitiva hacían su entrada se alzó el Monasterio-Hospital de Sancti Spiritus, que ahora acoge el Museo Terra de Melide, un lugar, como reza la página institucional, construido por el pueblo y para el pueblo. El pulpo, cocido y con aceite de oliva, sal y pimentón es la mejor carta de presentación de Melide. También destaca la repostería tradicional, con dulces como el conocido “rico” y los melindres. Ofrece todos los servicios.

Ribadiso da Baixo

Nada más cruzar el río Iso por un idílico puente medieval, se encuentra el antiguo Hospital de San Antón de Ponte de Ribadiso (s. XV) convertido en un magnífico albergue.

Arzúa

En el casco antiguo de Arzúa se encuentra el antiguo convento de la Magdalena, fundación agustina del siglo XIV que mantuvo una alberguería para peregrinos pobres y que hoy está en ruinas. Muy cerca se levanta la moderna iglesia parroquial de Santiago, que posee dos imágenes del Apóstol, una como Peregrino y otra como Matamoros. Desde 1975 se celebra en Arzúa, año tras año, la fiesta del queso. El queso de Arzúa se elabora artesanalmente con leche entera de vaca y se produce en toda la comarca Arzúa-Ulloa, y en varios municipios de Lugo.

Concello de O Pino

Penúltimo municipio gallego del Camino Francés integrado por trece parroquias y cerca de 180 lugares. El itinerario visita, tanto en esta etapa como en la última, núcleos poblacionales pertenecientes a las parroquias de Arca, Cerceda, Ferreiros, Pastor y Pereira. El enclave más singular es Santa Irene, con su ermita dedicada a la santa mártir portuguesa y fuente barroca de aguas curativas. La capilla fue construida gracias a la aportación de dos nobles que vivían en la cercana aldea de las Dos Casas. En O Empalme —la población anterior— se puede atisbar el horizonte e imaginar las costas gallegas. O Pedrouzo, población de servicios al pie de la N-547, ofrece al peregrino todo lo necesario. Albergues, pensiones, cajero, restaurantes, farmacia, centro de salud, etc.

Santiago de Compostela

Desde el gran complejo en que se ha convertido el Monte do Gozo se ve, por fin, Santiago de Compostela y las torres barrocas de su catedral. Santiago, la meta de todas las rutas jacobeas, es una gran ciudad de 95.000 habitantes que compagina espacios de modernidad con el halo misterioso, religioso, romántico y cosmopolita de la plaza del Obradoiro. El feliz caminante descubre una ciudad de piedras oscurecidas por el paso del tiempo y la lluvia persistente. Rúas viejas con olor a Ribeiro y a pulpo se diseminan por todo el Casco Antiguo. La catedral representa el culmen del Camino y en ella descansa el apóstol, que provoca que centenares de miles de personas emprendan año tras año un viaje lleno de fatigas y experiencias que se convertirán en recuerdos para toda la vida. Monumentos no faltan en Santiago de Compostela. El precioso y excelso Pórtico de La Gloria, obra románica levantada por el Maestro Mateo y completada en 1188. Es un filigranero conjunto de tres arcos, con el central dotado de parteluz, de variada iconografía rescatada del Apocalipsis de San Juan. La fachada occidental de la catedral, barroca y alzada entre 1738 y 1749 por el arquitecto Fernando de Casas y Novoa. La Puerta Santa, con relieves del Maestro Mateo y que únicamente se abre durante los Años Santos. El Hostal de los Reyes Católicos, hoy Parador de Turismo; el monasterio benedictino de San Martín Pinario; el pazo de Raxoi, sede del Ayuntamiento, etc.

Más información en:

www.patrimonio.consumer.es/santiago-de-compostela

www.santiagoturismo.com/

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La bicicleta es un vehículo curioso. Su pasajero es su motor

"El ciclismo no es un juego, es un deporte. Duro, difícil e implacable, y requiere grandes sacrificios."