Etapa 05: Villafranca del Bierzo - Portomarín

27/05/2025

datos técnicos
Distancia: 98,16 km
Desnivel positivo: 1.834 m
Dificultad técnica: Moderado
Desnivel negativo: 1.983 m
Altitud máxima: 1.337 m
TrailRank: 29
Altitud mínima: 350 m
Tipo de ruta: Solo ida
Descripción de la Étapa

El umbral gallego

La niebla cubría el paisaje cuando dejamos Villafranca del Bierzo al alba. Pronto comenzamos el ascenso a O Cebreiro, uno de los pasos más icónicos del Camino. La dureza del terreno fue compensada por la atmósfera casi mística que envolvía cada curva: aldeas de cuento, vacas inmóviles entre la bruma y un silencio sagrado.

Ya en Galicia, todo se volvió más húmedo, más verde, más íntimo. Pedaleamos entre eucaliptos y muros de piedra hasta llegar a Sarria, entre peregrinos que recién comenzaban su viaje.

Cruzamos el largo puente sobre el embalse para entrar en Portomarín, donde la luz dorada del atardecer y las escaleras empinadas nos dieron la bienvenida. Fue una noche de calma y gratitud, compartida bajo un cielo lleno de estrellas.

Recorrido

Villafranca del Bierzo (Todos los Servicios)

Amanecimos en Villafranca del Bierzo con una mezcla de nervios y emoción: hoy tocaba uno de los grandes retos del Camino. Con las bicis listas y el ánimo en alto, pusimos rumbo a la mítica subida a O Cebreiro, esa montaña que todo peregrino respeta y sueña conquistar.

El esfuerzo fue épico, con cada curva ganada a golpe de pedal y voluntad. La recompensa: vistas infinitas, aire limpio y la sensación de tocar el cielo gallego. Desde allí, comenzó un largo descenso y un tramo exigente que nos llevó, finalmente, hasta Portomarín.

Una etapa dura, intensa y hermosa, de esas que el Camino graba para siempre en la memoria.

Tras atravesar la calle del Agua-Ribadeo de Villafranca del Bierzo, giramos noventa grados a la izquierda por la cuesta de Zamora (al llegar a la calle Santa Catalina), pasamos junto al monumento al peregrino, cruzamos el río Burbia (ver apartado observaciones para informarse sobre la ruta alternativa de la montaña) y continuamos por las calles de la Concepción y Espíritu Santo. Por esta última abandonamos Villafranca y seguimos durante un kilómetro por el arcén de la carretera, que acompaña el curso del río Valcarce. De esta manera llegamos a un carril peatonal, algo parecido a una pista de bobsleigh y protegido por un muro que no llega al metro de altura, que avanza encajonado entre la autovía A-6 y la N-VI.

Por este de redil de peregrinos pasamos bajo varios viaductos de la A-6 antes de tomar el desvío a Pereje, a la altura del p.k. 410 de la N-VI. Cruzamos con precaución la nacional y por la carretera de acceso, escoltados por los chopos de la ribera del Valcarce y por castaños de gran porte, llegamos a la primera localidad del día: Pereje

Pereje (Albergue. Bar)

Atravesamos la localidad —a la salida a mano izquierda se encuentra el albergue— para retomar el carril peatonal—. Un kilómetro y seiscientos metros más adelante se encuentra el área de descanso de Trabadelo y un kilómetro más arriba cruzamos de nuevo la N-VI para tomar el desvío a esta población. Flanqueados de nuevo por el bosque de ribera del Valcarce, con soberbios castaños, avanzamos hasta Trabadelo, con infraestructura necesaria para hacer un alto en el Camino.

Trabadelo (Albergues. Bar. Tienda. Farmacia)

Dejamos la población, dejando a la derecha el desvío a Pradela y Sotelo, y esta vez no retornamos inmediatamente a nuestra pista de bobsleigh, sino que caminamos cerca de kilómetro y medio por una pista asfaltada, por encima de la nacional. Superado un arroyo que alimenta al río Valcarce volvemos al reencuentro del carril peatonal, al borde de la N-VI. Un kilómetro y setecientos metros más de tedioso carril nos sitúan en La Portela de Valcarce, también con algún servicio.

La Portela de Valcarce (Albergue. Bares. Tienda básica. Cajero automático)

Tras La Portela, apenas transitados trescientos metros en compañía de la N-VI, tomamos el desvío hacia Ambasmestas y Vega de Valcarce. Primero llegamos a Ambasmestas, confluencia de los ríos Balboa y Valcarce.

Ambasmestas (Albergue. Bares. Tienda)

A principios de 2017, Yaneth Gómez abrió a la salida de Ambasmestas el Colmado El Barullo, una cafetería con un pequeño supermercado. Posteriormente entramos en Vega de Valcarce, población de servicios del valle con su iglesia de la Magdalena.

Vega de Valcarce (Todos los Servicios)

Nos dirigimos ahora hasta Ruitelán. A estas alturas de etapa tan sólo hemos ganado 171 metros de altitud. La base del puerto está cerca.

Ruitelán (Albergue. Bares)

A la salida de Ruitelán la pendiente se recrudece un poco, tan sólo un pequeño aperitivo de lo que vendrá después. Algo más arriba, a la izquierda, tomamos el desvío que baja hasta Las Herrerías. Antes de llegar a este pequeño núcleo cruzamos el río Valcarce por un puente de piedra.

Las Herrerías (Albergues. Tienda. Bares)

Cruzamos la aldea hasta el barrio de Hospital, una continuación del núcleo anterior que toma su nombre del antiguo hospital para peregrinos ingleses. Al abandonar este conjunto de casas comienza la verdadera ascensión a O Cebreiro.

Un duro repecho por asfalto, como salido de la nada, de casi un kilómetro nos invita a plantear la estrategia, que consistirá en bajar el ritmo y acompasar la respiración. En estas circunstancias es donde el peso de la mochila juega un papel determinante. En plena subida, los caminantes deberán tomar la senda que nace a la izquierda de la pista asfaltada. Los ciclistas deben continuar de frente por asfalto.

Ya en la senda, la pendiente nos da un breve respiro hasta cruzar el arroyo de Refoxo y nos atiza de nuevo por una calzada sombría que asciende duramente bajo el dosel de las hojas caducas de castaños y robles. Este escenario nos acerca hasta La Faba —a la entrada existe un desvío hacia el albergue—. En el pueblo hay bar y una tienda con todo lo necesario para recuperar las fuerzas perdidas.

La Faba (Albergues. Bar. Tienda)

La Faba: pausa antes del ascenso

En La Faba, el Camino nos dio un respiro. Las piernas lo agradecieron y el grupo se reunió en silencio, sabiendo lo que venía: la esperada subida a O Cebreiro.

Con algo de fruta, agua fresca y palabras de ánimo, aprovechamos la sombra y el sosiego del lugar. Gerardo, como siempre, estaba allí, pendiente de todo, asegurándose de que nadie partiera sin fuerza ni aliento.

La Faba fue ese último aliento antes del gran esfuerzo. Un rincón sereno antes de tocar el cielo gallego.

Tras La Faba abandonamos progresivamente la umbría para salir a un terreno abierto de pastizales con vistas a los bosques atlánticos. Las amplias panorámicas influyen en la percepción de la pendiente, que se torna ligeramente más suave hasta alcanzar el último pueblo de León en el Camino de Santiago Francés: Laguna de Castilla.

Laguna de Castilla (Albergue y Bar)

Unos setecientos metros más arriba aparece el primer mojón jacobeo con señalización de distancias. Es el 152,5 y lleva la inscripción Os Santos (del Teso dos Santos). Cuatrocientos metros después el Camino se despide de León, la provincia con más kilómetros de recorrido del Camino Francés: nada menos que 214,4 kilómetros. Por fin pisamos Galicia y, en concreto, Lugo. La etapa reina está a punto de concluir, por el momento. Fatigados, solventamos el último kilómetro hasta la iglesia prerrománica de Santa María la Real, que da la bienvenida a O Cebreiro. El albergue de peregrinos, el primero de la Xunta de Galicia, se encuentra al otro extremo de esta parroquia lucense.

O Cebreiro (Albergue. Casas Rurales y Pensiones. Bares. Tienda)

O Cebreiro: altura, historia… y cervezas con Gerardo

Tras la dura subida, O Cebreiro nos recibió como un balcón entre nubes y montañas. Las piernas temblaban, pero el alma sonreía. En la plaza de piedra, con las bicis ya en reposo, nos esperaba Gerardo, siempre puntual, siempre atento, con su sonrisa serena y su apoyo incondicional.

Nos sentamos en una terraza y brindamos con unas merecidas cervezas frías, compartiendo la satisfacción del reto cumplido. Fue más que una parada: fue celebrar que lo conseguimos y que, una vez más, el Camino lo hacíamos juntos.

Entre sorbos, risas y vistas, el día se detuvo por un instante… y fuimos muy conscientes de estar viviendo algo grande.

Si la niebla no lo impide ocultando el valle, ver amanecer desde O Cebreiro, junto al templo de Santa María la Real, es un privilegio que nos brinda el Camino que no podemos rechazar. Hoy, por fin, nos sumergimos en la tierra de Santiago, la de la niebla y el orballo; la de los castros celtas y de las minas ansiadas por los romanos; de infinidad de lomas, fragas de robles y soutos de castaños. La señalización oficial marca 151 kilómetros hasta Santiago. Abrigados por la vegetación de la montaña, ascendemos desde los 1.296 metros hasta los 1.370 (el punto más elevado del Camino Francés en Galicia) en las inmediaciones del Teso da Cruz y el monte Área. Desde ese punto bajamos al encuentro de una amplia pista forestal.

Conduce a la primera parroquia del día. En Galicia los municipios se denominan concellos, a los cuales pertenecen distintas parroquias que engloban a su vez a distintos lugares o aldeas. Hacia el sur, a mano izquierda de la pista forestal, la vista se recrea en un sinfín de lomas tupidas de helechos, robles, castaños y pastizales que forman, entre otras, la sierra de O Courel. La pista forestal desemboca al pie de la LU-633, donde se encuentra la parroquia de Santo Estevo de Liñares, con iglesia prerrománica de una sola nave.

Liñares (Albergue. Bar que no sirve comidas. Tienda)

Tras el templo cruzamos la LU-633, fiel acompañante durante la etapa de hoy, y tomamos una senda muy cercana a la carretera que nos arropa con sus hayas, acebos y demás catálogo de especies atlánticas. El primer alto, el de San Roque, no tarda en llegar. Al otro lado de la LU-633, a kilómetros y doscientos setenta metros y ante una amplia panorámica, se alza la plástica escultura de un peregrino medieval que avanza contra el viento. Fue inmortalizado en bronce por el artista José María Acuña.

La senda sigue el itinerario de la LU-633 y desciende ligeramente hasta los 1.205 metros. Posteriormente, un falso llano nos aproxima hasta Hospital da Condesa el segundo núcleo habitado de la jornada. El mojón jacobeo marca los 145,5. En este pueblo tendremos, probablemente, uno de los primeros contactos con las “rubias gallegas”, las vacas de color canela apreciadas por su carne.

Hospital da Condesa (Albergue. Bar)

Abandonamos este pueblo de vaqueros y continuamos por un surco arrimado al guardarraíl de la LU-633. Más adelante cogemos el desvío a Sabugos y Temple pero despedimos de inmediato el tramo asfaltado por un camino que nos acerca a Padornelo. Es el reino de la piedra y las losas de pizarra.

Padornelo

A la salida de esta pequeña parroquia afrontamos una durísima aunque breve cuesta por la que alcanzamos el alto do Poio. Un bar-albergue y un mesón reciben estratégicamente a los caminantes, ansiosos por estabilizar su ritmo cardiaco tras semejante acelerón.

Alto do Poio (Albergue. Bares)

Más de tres kilómetros de senda pegada a la LU-633 nos separan de la siguiente población. En todo este tramo prácticamente llaneamos porque tan sólo descendemos cuarenta y cinco metros de altitud. Así llegamos a Fonfría, núcleo también de Pedrafita do Cebreiro, con bares y albergue. Si pasamos relativamente temprano y aún no han abierto los bares, es probable que alguna lugareña nos reciba con una suculenta torre de tortas de leche frita.

Fonfría (Albergue. Bar)

Atravesamos Fonfría y de nuevo, junto a la inseparable LU-633, regresamos a la senda que nos lleva por idéntico paisaje hasta O Biduedo, a dos kilómetros y medio de distancia. En todo este tramo descendemos exactamente cien metros.

O Biduedo (Bar)

Tras O Biduedo, ya del Concello de Triacastela, el descenso comienza a hacerse patente. Nos separan tan sólo seis kilómetros y ochocientos metros para Triacastela y aún debemos bajar unos 530 metros de altitud. En la bajada, el camino procura desprenderse de la LU-633 y atajar las vueltas y revueltas de la carretera. Una curva pronunciada nos permite ver de frente el monte Oribio, de 1.443 metros de altitud. A la derecha, en el fondo del valle, se encuentra Triacastela. La aldea posterior a O Biduedo es Fillobal. En esta aldea hay un albergue y un bar-restaurante, el Aira do Camiño, con un punto de acceso a internet y una pequeña tienda.

Fillobal (Albergue. Bar-Tienda)

Tras Filloval cruzamos la carretera y seguimos descendiendo entre arbolado para volverla a cruzar un kilómetro más adelante, junto a un pequeño merendero. Así entramos en Pasantes, estirada aldea con capilla que atravesamos bajo el reclamo de la venta particular de frambuesas. La jornada continua hasta la aldea de Ramil, con castaño centenario al borde del camino, y casi pegada a Triacastela. El albergue público se encuentra en la misma entrada, en un descampado a mano izquierda y el resto, un gran surtido de albergues privados, en el centro de la población.

Triacastela (Todos los Servicios)

Los que hayan pernoctado en el albergue público deben atravesar Triacastela por la calle central hasta la salida de la población. El Camino se bifurca y hay que escoger uno de los itinerarios. A mano izquierda, por la LU-633, progresa el trazado hasta Samos y su monasterio benedictino y de allí continúa hasta Sarria. A mano derecha parte el itinerario por San Xil, seis kilómetros y medio más corto aunque supera un desnivel de 238 metros en los primeros cinco kilómetros y medio.

A la salida de Triacastela giramos a mano derecha y cruzamos la LU-633. A la derecha, ligeramente arriba, nace el desvío a San Xil. Lo tomamos y, tras un corto tramo, abandonamos la carretera por la derecha para seguir por una pista asfaltada. Posteriormente cogemos un camino que conduce hasta A Balsa.

A Balsa (Albergue)

Por cuesta más pronunciada continuamos rodeados de frondosos robles hasta desembocar de nuevo en la carretera, justo a la altura de la Fonte dos Lameiros. Un buen repecho por asfalto nos deja a la altura de San Xil. La población queda a mano izquierda y una máquina de refrescos al pie de la carretera es todo lo que se oferta por estos parajes.

El itinerario continúa su ascenso por la carretera, al principio en falso llano para endurecerse después, hasta las inmediaciones del alto de Riocabo. En el alto dejamos la carretera para disfrutar del tramo más bonito de la etapa. Pasillos cerrados de castaños, robles, y abedules nos escoltan. La bajada a Montán —una aldea que apenas se roza— es peligrosa ya que el piso está formado por lajas de piedra.

Montán

Continuamos el descenso hasta la aldea de Fontearcuda, donde el mojón jacobeo nos anuncia los 121,5 kilómetros.

Fontearcuda

El Camino baja de Fontearcuda hasta la carretera y ésta se cruza (atentos a la señalización porque hay que buscar el mojón) para tomar un camino que evita el largo rodeo de la carretera que pasa por Zoo. Salvamos un arroyo y avanzamos por la senda que sale de nuevo a la carretera. Las tupidas manchas de robles y castaños dan paso a los prados. Por asfalto llegamos finalmente a Furela, donde podemos recuperar fuerzas en el bar situado al pie de la carretera.

Furela (Bar)

Atravesamos por medio de la población y cruzamos la carretera junto al cartel que anuncia la entrada al Concello de Sarria. Un kilómetro resta para llegar a Pintín, que también ofrece bar y restaurante.

Pintín (Bar)

El Camino sigue arrimado a la carretera LU-5602 y un kilómetro más adelante la cruza para internarse fugazmente por un tramo boscoso que ataja una curva prolongada. Bajamos de nuevo a la carretera y pasamos en breve junto al albergue público de Calvor. La parroquia del mismo nombre queda por detrás del albergue, a mano izquierda.

Calvor (Albergue)

Quinientos metros después nos desligamos brevemente de la LU-5602 para entrar en Aguiada.

Aguiada (Bar)

Tras la población regresamos a los brazos de la carretera por una senda paralela. El Camino deja a mano derecha un albergue Paloma y Leña rodeado por un jardín y continúa por el andadero dejando a un lado el cruce a Airexe. A la izquierda de la carretera queda la parroquia de San Mamede do Camiño.

Con vistas de Sarria, el andadero de tierra sigue progresando al pie de la LU-5602 por pequeños toboganes. Pasamos el mojón 114 km de Carballal y el cruce a Ferreiros, que se deja a mano derecha. De inmediato llegamos junto al camping Vila de Sarria, con 12 plazas en litera para peregrinos ubicadas en un par de tiendas (ver apartado observaciones), y dejamos Mendros a la derecha.

Entramos así en Sarria topándonos con el primer albergue. No en vano esta capital de Concello ostenta el mayor número de albergues del Camino Francés y es el lugar escogido por muchos caminantes para iniciar la peregrinación, ya que se encuentra en la distancia ideal para conseguir la Compostela. La rúa José Sánchez nos deja al pie de la rúa Calvo Sotelo, que cruzamos para continuar de frente por la rúa do Peregrino. Salvamos por un puente el río Sarria y cruzamos en Benigno Quiroga para girar junto a la Peregrinoteca. Una escalinata sube hasta la entrada de la rúa Mayor, que debería cambiar su nombre por el de la “rúa de los Albergues”, ya que se contabilizan más de cinco, incluido el público.

Sarria (Todos los Servicios)

Para un buen porcentaje de caminantes, la rúa Maior de Sarria es el kilómetro 0 de su peregrinación a Compostela. A primeras horas del día y, sobre todo, en los meses estivales, la calle daría para realizar una estadística más que fiable sobre las edades, razas, nacionalidades y vestimenta de los peregrinos que se dirigen a Santiago. El tramo inicial de dos kilómetros y novecientos metros entre Sarria y As Paredes ofrece un excelente comienzo de etapa. Tras la Rúa Maior, pasando junto al edificio de la Prisión Preventiva, llegamos al mirador sobre Sarria, adornado con un crucero. Unos trescientos metros después del mirador, el Camino se junta con el Convento de la Magdalena, principalmente de fábrica gótica y renacentista y regentado por los Padres Mercedarios. La etapa desciende junto al muro del cementerio hasta el río Pequeño, afluente del Sarria. El medieval Ponte Áspera permite cruzarlo.

Junto a pequeños prados y huertas particulares pasamos bajo un viaducto para cruzar las vías. Tras ellas salvamos un arroyo gracias a una pasarela de madera. El curso de agua da paso a un duro repecho por camino —envuelto por soberbios castaños— que sube hasta el lugar de As Paredes (Mojón 109), donde se asienta un castro prerromano del mismo nombre. La aldea aparece después.

As Paredes

Desde aquí, por pista vecinal, nos acercamos hasta Vilei donde nos recibe una escultura en recuerdo a Don Germán Arias. De inmediato, a mano izquierda, vemos el área de descanso Km 108 de Vilei, repleta de todo tipo de máquinas de vending: café, refrescos, snacks, pilas… y un sello para adornar aún más la credencial.

Vilei (Albergue. Bar)

Vilei: comida, descanso y Gerardo al mando

Después de conquistar O Cebreiro y dejar atrás sus pendientes y paisajes de altura, la parada en Vilei fue un bálsamo. Allí nos esperaba Gerardo, una vez más impecable en su papel de guía, logístico y alma del grupo.

Nos sentamos a comer en un rincón tranquilo, donde el cansancio se disolvía entre platos calientes, conversación serena y una sombra generosa. Fue una comida reconfortante, de esas que no solo alimentan el cuerpo, sino que renuevan el ánimo.

En Vilei recuperamos fuerzas… y también la certeza de que seguir era posible. Porque con Gerardo, todo fluye.

De nuevo por pista asfaltada progresamos hasta la parroquia de Barbadelo, un panel informativo hace recaer nuestra atención en la románica iglesia de Santiago, a varios metros del Camino. Rodeada por el camposanto, merecen su atención las portadas y los capiteles.

Barbadelo (Albergues. Bar)

Dejamos el albergue de peregrinos de Barbadelo a mano derecha y continuamos otra vez por pista vecinal asfaltada hasta las aldeas de Rente y Mercado da Serra, con taberna y situada en el cruce de la LU-5709.

Mercado da Serra (Bar-Tienda)

Al cruzar no se continúa por la carretera sino que se toma un corredor arbolado que surge de frente. A los cinco minutos pasamos junto a una fuente decorada con Pelegrín, la mascota del Xacobeo 93. Setecientos metros más adelante llegamos junto a las puertas del Molino de Marzán, del año 1920. En marzo de 2014 se inauguró la casa-albergue del mismo nombre. Torcemos noventa grados a la derecha y atravesamos el pasal de invierno, que evita que metamos el pie en la balsa de agua. Pronto cruzamos la LU-633 para pasar Leiman

Leiman

Después aparece Peruscallo, con bar-panadería y la presencia de algunos hórreos (Mojón 103). Decimos, de momento, adiós al asfalto para avanzar por corredoira hacia Cortiñas (Mojón 102) y Lavandeira (Mojón 101,5).

Entre muros de piedra y castaños alcanzamos Brea (Mojón 100,5) para llegar, primero al falso mojón de los 100 y unos metros más adelante al verdadero, coronado de piedras y bañado en graffiti. Bastaría comenzar a pie en este punto para obtener la Compostela pero la peregrinación no es un certificado. El destino es el propio Camino. Unos metros más adelante se encuentra Morgade.

Morgade (Albergue. Bar)

A la salida, un cartel nos da la bienvenida al Concello de Paradela, que toma el relevo del sarriano. Alcanzamos Ferreiros, primera parroquia de Paradela.

Ferreiros (Albergues. Bar)

Bajamos por pista asfaltada hasta el inmediato Mirallos (Mojón 98). A mano izquierda hay un restaurante que regenta Natalia y que tiene 25 camas para los peregrinos. El precio es donativo y en el bar dan desayunos, menús, bocadillos, etc.

Mirallos (Albergue. Bar)

Acto seguido se encuentra la iglesia románica de Santa María, que se bajó piedra a piedra desde Ferreiros en 1790. El Camino se dirige por asfalto desde Mirallos a A Pena.

A Pena (Albergue. Bar)

Posteriormente avanzamos hasta Couto y Rozas (Mojón 97). No será extraño toparse con alguna familia guiando el ganado de un lugar a otro. Dejando atrás el lugar de Rozas sobreviene el mojón 96,5. Supone también dejar, al menos durante un tramo, la pista asfaltada para tomar una senda en ligera cuesta al abrigo de los robles y pinos. En el primer cruce que se presenta seguimos por la izquierda. El mojón 95,5 anuncia la cercanía de Moimentos, aldea a la que llegamos, tras dejar antes a mano izquierda una cruz de madera enrollada con alambre de espino y cruzar la carretera LU-4203. En unos minutos llegamos a Mercadoiro.

Mercadoiro (Albergue. Bar)

El itinerario conduce posteriormente al próximo Moutrás, donde hay una tienda de alimentación, bebidas, parafarmacia y artesanía.

Moutrás (Tienda Peter Pank)

Tras una cuesta y pistas asfaltadas descendemos hasta Parrocha y Vilachá, última aldea del Camino perteneciente a Paradela, donde el sudafricano Gordon Bell abrió un albergue en la primavera de 2014. En 2016 abrió también ‘Los Andantes’, un bar restaurante vegetariano.

Vilachá (Albergue. Bar-restaurante vegetariano)

Un brusco descenso nos acerca hasta el río Miño, embalsado por Belesar (Mojón 90). El puente, de más de trescientos cincuenta metros de longitud, nos acerca hasta el Portomarín de fachadas blancas y tejados grises. La entrada al pueblo se hace por uno de los arcos del viejo puente romano-medieval, reconstruido para asentar una escalinata y colocar una pequeña capilla. Subimos por ella y pasando el Centro Virtual de Información al Peregrino nos dirigimos hasta el centro del pueblo.

Portomarín (Todos los Servicios)

Llegada a Portomarín: agotados pero victoriosos

Después de una etapa exigente desde Villafranca del Bierzo, llegamos a Portomarín completamente rotos, con cada músculo pidiendo descanso y cada respiración recordándonos el esfuerzo hecho. Sin embargo, la satisfacción de haber superado uno de los tramos más duros del Camino nos mantenía en pie.

Como siempre, Gerardo estuvo ahí, cuidando de la logística y asegurándose de que todo estuviera preparado para nuestro merecido descanso. Su presencia silenciosa y constante fue un ancla en medio del desgaste.

Portomarín nos recibió con su historia y su calma, el refugio perfecto para recargar fuerzas y preparar el cuerpo para lo que aún queda por pedalear.

Qué ver, qué hacer

Comarca de Os Ancares

La comarca de Os Ancares está enclavada entre León y Galicia y es paso obligado de la vigésimo cuarta etapa del Camino de Santiago Francés. Es una reserva natural con su paisaje montañoso, de fuertes pendientes, en el que habita una población de más costumbres gallegas que castellanas. Las pallozas —viviendas tradicionales de planta elíptica con techo de colmo— han sido herederas de las tribus prerromanas que habitaron estas tierras y que dejaron importantes vestigios.

Pereje

Pequeño pueblo de la comarca de Os Ancares, perteneciente al municipio de Trabadelo, que se encuentra rodeado de viejos castaños. Fue objeto de un sonoro litigio que enfrentó a los cluniacenses de Santa María de Cruñego, de Villafranca, y a los monjes de Aurillac que regentaban el Cebreiro. En él se vieron involucrados Alfonso IX de León, la reina doña Urraca y el Papa Urbano II. La causa fue que el abad de O Cebreiro levantó una iglesia y un hospital de peregrinos en Pereje, localidad que estaba dentro de la administración cluniacense de Villafranca del Bierzo.

Trabadelo

A la entrada de Trabadelo ya pueden apreciarse los densos sotos de castaños. Durante el otoño la recogida de castañas supone una de las mayores y más fructíferas actividades de los vecinos. El municipio lo conforman el propio Trabadelo, Pereje, Moral de Valcarce, Parada de Soto, Pradela, San Fiz do Seo, Sotelo, Sotoparada y Villar de Corrales. Tiene albergues, varias casas rurales y bares.

La Portela de Valcarce

El nombre alude al portazgo que debían pagar a los señores feudales los viajeros que atravesaban el valle. En el año 1702, Alfonso VI intentó suprimirlo pero no despareció hasta años posteriores. La iglesia de San Juan Bautista pertenece al estilo barroco popular y data de los siglos XVII y XVIII. Es de planta rectangular, tiene una sola nave y espadaña. En la población, a orillas del río Valcarce, aún se conserva una herrería del XIX.

Ambasmestas

La iglesia de Nuestra Señora del Carmen es de planta rectangular y una sola nave y alberga un retablo barroco. Se conserva un pajar del siglo XIX, en dos alturas y cubierto por losas.

Vega de Valcarce

Vega de Valcarce es el pueblo más grande del valle. El municipio comprende a 23 localidades, entre las que se encuentran las también jacobeas Portela de Valcarce, Ambasmestas, Ruitelán, Herrerías, La Faba y Laguna de Castilla. Sobre un cerro se alza el castillo de Sarracín que está en ruinas y data de los siglos XV y XVI. Atribuido a los caballeros templarios es posible que fuera precedido por otra construcción defensiva del siglo X. La iglesia de la Magdalena, tan presente en el Camino, como patrona de pecadores y penitentes, atestigua la característica peregrina de la villa. En el edificio se dan cita construcciones y reformas de los siglos XVII, XIX y XX. Es de una sola nave, de planta rectangular y torre campanario. Vega de Valcarce ofrece servicios completos para el peregrino: panadería, tiendas de comestibles, cajeros y bares donde sirven comidas.

Ruitelán

La iglesia parroquial está consagrada a San Juan Bautista (siglos XIII a XVII). En la falda del monte, a las afueras de Ruitelán, se sitúa la capilla de San Froilán, donde se dice que vivió retirado este eremita lucense (833-905), que domesticó un lobo cuando éste le atacó y posteriormente llegó a ser obispo de León. Actualmente es patrón de Lugo.

Las Herrerías

Este pequeño núcleo debe su nombre a las cuatro herrerías donde trabajaban el hierro y otros metales. También en A Casa do Ferreiro puede verse una antigua fragua restaurada. Como una continuación de Herrerías, el barrio de Hospital toma su nombre de un antiguo hospital creado en el 1178 para los peregrinos ingleses. La iglesia de San Julián es barroca del XVIII.

La Faba

La iglesia de San Andrés, a su vez renacentista y barroca, es de una sola nave en dos tramos y posee un retablo barroco.

Laguna de Castilla

En el último pueblo de Castilla y León podemos ver tres hórreos del XIX aunque no muy bien conservados. Su planta es cuadrada, de tipo asturiano. En el Teso de los Santos (mojón 152,5), pasada La Laguna, hubo una ermita que marcaba el límite entre León y Lugo.

O Cebreiro

O Cebreiro es una parroquia del Concello de Pedrafita do Cebreiro. ¿Alguien recuerda el nombre del puerto lucense de Pedrafita, aquel que se cubre de nieve todos los inviernos y que hace necesaria las cadenas? Es el mismo puerto que ascienden los peregrinos por caminos. O Cebreiro es un poblado de piedra, probablemente de origen prerrromano, y portal de Galicia por la provincia de Lugo. Es otro de los lugares míticos del Camino y corona, a 1.300 metros de altura el macizo galaico-leonés. Todo en este paraje es mágico y misterioso: las pallozas, el viento, la niebla. Es uno de los primeros enclaves que acogió a los peregrinos en su ruta a Santiago. Destaca el simple y primitivo templo prerrománico de Santa María la Real, de los siglos IX y X. A la derecha del altar mayor se encuentra la capilla del Santo Milagro, donde está la imagen de la Virgen de los Remedios (Santa María la Real). En el altar yace el sepulcro de don Elías Valiña, párroco de O Cebreiro desde 1959 hasta su fallecimiento en 1989, incansable impulsor del Camino y creador de la flecha amarilla. El pueblo comenzó a restaurarse a mediados de los 60 y también las pallozas: antiguas viviendas prerromanas de planta circular u ovalada formadas por paredes de piedra y techo de tallos de centeno. Una de las pallozas alberga un museo etnográfico. Casas rurales, hospederías, bares, mesones y tiendas de recuerdos han convertido a O Cebreiro en un parque temático de los pueblos de altura.

Santo Estevo de Liñares

El Codex Calixtinus se refiere a esta población como Linar de Rege. Es una parroquia perteneciente al Concello de Pedrafita do Cebreiro. La Iglesia de San Esteban de Liñares es medieval de estilo prerrománico y fue restaurada en 1963. Es de una sola nave y custodia un retablo barroco. Un bar aguanta el tipo a 1225 metros de altitud.

Hospital da Condesa

El origen de la localidad se remonta al de un antiguo hospital allí fundado en el siglo IX por la condesa doña Egilo. La iglesia de San Xoán es parecida a la de O Cebreiro (torre de tres pisos y pórtico de tres entradas) Antes de llegar a Hospital da Condesa, en el alto de San Roque y en un desvío de 300 metros a mano izquierda, se accede a un mirador natural sobre el valle de Veigas da Forcas, donde se divide la vertiente cantábrica y la atlántica. Cuenta con bar y albergue de peregrinos, de la Xunta y rehabilitado para el Año Santo de 2010.

Padornelo

El Camino pasa arrimado a la iglesia de San Xoán, en la parroquia de Padornelo. El templo es del siglo XV, construido en mampostería y techado por losas.

Fonfría

Parroquia del Concello de Pedrafita do Cebreiro. La iglesia parroquial, consagrada a San Xoán, es del siglo XVI y fue ampliamente reformada en el año 64. Como el resto de esta zona de montaña fue construida en piedra y cubierta por losas de pizarra. Cuenta con varios bares y albergue.

O Biduedo

O Biduedo es una aldea de la parroquia de Lamas do Biduedo y ya pertenece al Concello de Triacastela. El camino pasa junto a la capilla de San Pedro. Si está abierta podemos sellar la credencial. Hay un mesón que ofrece bocadillos, platos ligeros y menú.

Filloval, Pasantes y Ramil

Pequeñas aldeas sin servicios del Concello de Triacastela. En Ramil, el Camino pasa junto a un castaño centenario.

Calvor

El Camino pasa arrimado a su albergue pero no se interna en la población. Calvor se ubica sobre un antiguo castro del que aún se pueden contemplar sus defensas. A la iglesia parroquial de Santo Estevo o San Esteban le precedieron un monasterio fundado por el presbítero Adrián en el siglo VIII y una iglesia visigoda. La iglesia actual, restaurada, aún conserva algunos elementos de esa época como un capitel. Guarda una talla románica de la Virgen con el Niño.

Sarria

Sarria es un hervidero de peregrinos. Los que llegan peregrinando desde otros puntos más los que se suman en el propio Sarria, ya que ganan la Compostela quienes recorren, al menos, los últimos 100 kilómetros a pie. Según nuestras distancias restan desde aquí a Santiago 115,3 kilómetros. Los datos recogidos en la Oficina del Peregrino de la rúa do Vilar reflejan que en 2012 iniciaron su peregrinación en Sarria 40.734 peregrinos, el 21% de los que recorrieron ese año el Camino de Santiago en cualquiera de sus variantes. En la rúa Mayor se encuentran la iglesia parroquial de Santa Mariña, inaugurada en 1885 y la iglesia del Salvador, románica de transición con varias portadas del siglo XIII. Pasado el mirador, en la salida de la etapa hacia Portomarín, se puede ver el convento de la Magdalena, cuyo origen se remonta al siglo XIII con la fundación de un hospital. Los Padres Mercedarios regentan este convento, principalmente de fábrica gótica y renacentista, desde el año 1896. Tanto en la iglesia de Santa Mariña como en el convento de la Magdalena se expiden credenciales.

Barbadelo

Santiago de Barbadelo es una parroquia del Concello de Sarria situada entre frondosos bosques. La iglesia de Santiago de Barbadelo es un bello ejemplo de estilo románico gallego. Tiene una torre de planta cuadrada y una portada llena de símbolos e iconografía medieval. De este delicado pórtico destaca la figura humana con los brazos en cruz del tímpano y el juego de pájaros, animales y hombres de los capiteles del doble par de columnas. El caserío adjunto recibe el nombre de Mosteiro —contracción de monasterio— en alusión a una antigua institución anexionada a Samos.

Ferreiros

La parroquia de Ferreiros, ya del Concello de Paradela, es una humilde localidad donde los herreros claveteaban el calzado de los peregrinos y herraban sus cabalgaduras. La iglesia de Santa María de Ferreiros, que se bajó hacia 1790 piedra a piedra hasta la inmediata Mirallos, es un templo modesto pero con una interesante portada románica, que descansa sobre dos mochetes con cabeza de León. Además ofrece una espadaña barroca en la parte superior de su fachada.

Portomarín

Portomarín, capital del Concello del mismo nombre, se encuentra sobre la margen derecha del río Miño. Se accede a la población por la escalinata asentada sobre los arcos del viejo puente medieval, donde también se colocó la capilla de la Virgen de las Nieves. La ciudad antigua, formada por dos barrios, San Nicolás y San Pedro, está sumergida en el embalse de Belesar. El pueblo tuvo se reconstruyó de nuevo en 1960 en una ladera segura. Portomarín fue un importante lugar de paso en la Edad Media con un gran puente y con hospital; todo quedó bajo las aguas del Miño. La grandiosa iglesia-fortaleza de San Nicolás, erigida por los monjes-caballeros de la orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII, se desmontó piedra a piedra para ser reedificada en la plaza del nuevo asentamiento. Por su monumentalidad, riqueza de elementos y suntuosidad escultórica, constituye uno de los ejemplos más interesantes del románico lucense. La fachada románica de la iglesia de San Pedro, que también se trasladó a un extremo del pueblo (junto al Pazo de Berbetoros del XVII) es de bella factura. El pazo del Conde da Maza, del XVI y el pazo dos Pimentales también se subieron a la ubicación actual. Portomarín, además de bastantes albergues, ofrece todos los servicios. No hay que dejar el pueblo sin probar la tarta de almendras similar a la de Santiago.

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